Punto de arranque de esta novela de Ken Follet, quien elabora una historia sencilla pero entretenida aunque muy alejada de su mejor obra, la fenomenal novela histórica “Los pilares de la Tierra”, y de otro de sus títulos más recomendables, “El ojo de la aguja”, un thriller de espionaje bastante absorbente que había sido interpretada en el cine por Donald Sutherland y Kate Nelligan.

De lectura facilona, con giros formulistas, diálogos simples, pero que tienen la virtud de evitar pesados tecnicismos, y trama acomodada a un estilo de telefilm trepidante, “En el blanco” (2004) gustará a los amantes de los best-seller llenos de intriga, narrados con ritmo ágil y con el protagonismo de caracteres de escasa dimensión y poco desarrollo, que busquen la literatura como identificación y escapismo, sin mayor estímulo (lo que ya es suficiente si el libro lo consigue) que pasar un buen rato con una componenda más o menos real, más o menos artificiosa. Aquí, ambientada en Escocia, con el cimiento del peligro del bioterrorismo.

Por lo menos carece de pretensiones en su esencia de literatura chicle, que seguramente entretenga a los más acérrimos seguidores del autor galés.